martes, 7 de abril de 2009

Escuelas cerradas

Pienso que la escuela es hoy un lugar muy triste, cuna de las mayores contradicciones y carroñismo político de la mediocridad de las instituciones de la clase trabajadora. La escuela nunca podrá salir sola de la mierda en la que está hundida, los docentes nos encargamos de que cada vez se vaya más al fondo. Y no importa que haya algunos que traten de asomarse por encima de la mierda, esta es una clase de mierda como arenas movedizas, es de esa clase que cuando más te movés más te hundís. La solución está afuera, la respuesta está al alcance la mano de los millones de padres y chicos. La escuela no deja de cerrar las puertas para mejorar la educación, la escuela no deja de tomar decisiones en nombre de los chicos, la escuela no deja que la educación sea cosa de todos, la escuela no deja que la educación sea algo para todos, la escuela no deja que los chicos sean felices, ni siquiera que lo deseen al menos, la escuela no deja entrar a nadie que pueda decirle que lo que hacen está mal, la escuela no deja crecer. Para eso la escuela tiene puertas que abre y cierra cuando quiere, que separan a los infelices de afuera de los infelices de adentro, que frenan el conocimiento y estancan la cultura.

La semana pasada hubo un paro en la Ciudad de Buenos Aires, harto de los paros y de ver a los padres organizarse entre ellos para cuidar a los hijos ajenos y así poder trabajar, harto de ser responsable del cierre de las escuelas, harto de reclamos por un salario que, aunque debería ser mejor, está por arriba del promedio de los trabajadores de esta ciudad, harto… decidí, a diferencia de todos mis compañeros de trabajo, no adherirme y dar clases. Tras decirles a los chicos que vinieran a la escuela, la directora se encargó de decirles que no vinieran porque no habría clases. Como esto no fue suficiente porque algunos chicos igual vinieron a la escuela, la directora se ocupó de llamar a las familias de esos chicos para que los vinieran a buscar antes del mediodía (siendo una escuela de jornada completa). Al día siguiente también había paro, pero más chicos vinieron a la escuela. La directora se ocupó de llamar nuevamente a las familias para que retiren a sus hijos de la escuela antes del mediodía y trataba de convencerme que lo hacía por mi seguridad, por lo que algún chico pudiera inventar en la casa sobre mí. ¿Me trató de pervertido? Nada puedo hacer para demandarla sin arriesgar mi continuidad laboral en una profesión que amo profundamente, nada puedo hacer sin exponer a las familias que se jugaron mandando a sus hijos, nada puedo hacer sin perjudicar a esos chicos que se mancaron la humillación por parte de la dirección.

Mucho más tengo para decir sobre esto, no quisiera extenderme porque no sé si estoy escribiendo con la cabeza o con el estómago. La escuela estuvo cerrada, pero no nos engañemos, a la escuela no la cerró el paro, la cerramos los maestros.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Medidas Sindicales

Mucho se dice de los paros docentes, pero las discusiones sólo se realizan dentro de los círculos correspondientes, los chicos, los padres y los docentes no nos sentamos nunca a hablar de esto en una misma mesa. Hoy los acontecimientos dan muestras de que la crisis educativa está produciendo enfrentamientos en todos los grupos de la comunidad. ¿Qué hacer frente a las medidas sindicales?


En mi opinión los sindicatos docentes nunca se hacen cargo de los errores políticos cometidos. Intentar poner la carpa fue un error político, una innecesaria provocación al gobierno. No se puede justificar de ninguna manera la represión policial, lo que sí se puede es analizar lo que se dijo. Por ejemplo los dirigentes sindicales responsabilizaron al gobierno de la ciudad de la represión, ignorando que es el ministerio del interior (que depende del gobierno nacional) quien la pudo haber aprobado. ¿Por qué entonces omitir esta información?

Como docente yo no puedo ejercer mi derecho a trabajar, la escuela cierra las puertas los días de paro y no deja que los chicos estén en la institución. A diferencia de los sindicalistas que durante años gozaron de los beneficios de cobrar un salario sin pisar el grado y que ahora están furiosos porque les levantaron las comisiones de servicio, yo sí elijo la escuela como lugar de trabajo y a los docentes y padres como mis verdaderos compañeros de laburo.

Por eso, respondiendo a las medidas sindicales, creo que los padres y alumnos deberían poblar la escuela, ocuparlas para forjar una alianza educativa verdaderamente democrática, no se puede permitir que el verdadero vaciamiento de las escuelas sea por pura responsabilidad docente.

miércoles, 15 de octubre de 2008

La democracia de la palabra

En un mundo donde las ideas nos pertenecen a todos, la palabra debe ser lo más democrático que poseemos. A través de la palabra nos comunicamos, registramos nuestras memorias y creamos incontables obras de arte. La escuela es una de las instituciones que mayor responsabilidad tiene en la transmisión de la palabra escrita, aunque a veces ignore el valor que tiene como parte de la identidad. ¿Por qué las palabras tienen sus reglas? En todo ámbito las reglas, las normas, las leyes, definen lo bueno y lo malo, lo permitido y lo no permitido, pero ¿quién crea las estas normas? Sería lógico pensar que el sistema de normas que regula la escritura fue conformado democráticamente, por el consenso de la mayoría. Nada más alejado de la realidad, la palabra también se convirtió en un bien de pocos, en una forma de diferenciar niveles culturales y por ende sociales. Hace algunos años no todos accedían a la palabra escrita, después llegó Gutemberg y la escritura sobrepasó los límites establecidos hasta el momento, pero siempre el control lo tuvo un grupo reducido de personas que decidían qué y cómo publicar. Seguramente no tuvo grandes cambios hasta nuestros días.Hoy se vive una revolución cultural sin precedentes, la informática produjo una ruptura en el aparente equilibrio del poder, hoy la palabra es de todos. Y más aún, Internet es un universo explorado más por los chicos que por los grandes, el acceso a la palabra, es decir al poder, está fuertemente atado a aquellos más jóvenes, a quienes creen que el cambio es crecimiento. La escuela no puede estar ajena a esto, debe reconocer y no desconocer. Por primera vez la palabra está en manos de los chicos, presiento que algo bueno está por suceder.

viernes, 10 de octubre de 2008

Puertas adentro, puertas afuera

La escuela es, sin lugar a dudas, una institución contradictoria, por un lado predica su apertura a la comunidad, pero trabaja siempre a puertas cerradas, y cuando lo hace abiertamente es para exhibir algo montado para la ocasión. ¿Qué ocurre puertas adentro que no puede ser mostrado? ¿Por qué la escuela no permite a los padres observar a sus propios hijos en una práctica cotidiana? Todavía la escuela está lejos de este nivel de exposición y cree que la educación es una competencia exclusiva de los docentes, por lo que no acepta ser observada, y mucho menos discutida, por otras personas que no tengan el mismo nivel de formación.La escuela no quiere discutir abiertamente de educación y exige que las familias acompañen un proceso educativo que muchas veces carece de argumento. El conocimiento no se divide en social y escolar, no tiene dueños ni administradores, el conocimiento es un bien público y la función de la escuela es facilitar el acceso.

martes, 7 de octubre de 2008

El saber es un bien público

En la Ciudad de Buenos Aires existe un Diseño Curricular desde el año 2004. El diseño describe cuáles son los contenidos que un chico debe abordar en cada etapa de su escolaridad y la manera en que deben trabajarse. Este diseño, que es el resultado de muchos años de investigación y desarrollo por algunos de los más importantes pedagogos de nuestro país, debe ser aplicado obligatoriamente por todos los docentes de la ciudad. Rescato la calidad de estos documentos que son de acceso público a través de la página del Gobierno de la Ciudad e invito a todos aquellos que no sean docentes a leerlos, analizarlos y discutirlos dentro y fuera de la escuela, la educación no es competencia exclusiva de los docentes.

jueves, 2 de octubre de 2008

Los costos del paro

Un paro es una de las más violentas medidas de fuerza que en la historia muchos trabajadores han utilizado para reclamar sus derechos. El paro de actividades es una manera de ejercer presión sobre los empleadores, pero los costos no pueden dejarse de lado.Por empezar es fundamental destacar el lugar que los docentes tenemos, por encima de toda vocación, como trabajadores, por eso hay que entender primero cuál es el lugar de trabajo que ocupa el docente. La escuela no es una fábrica, es decir que los bienes que en ella se producen no son materiales, por lo tanto no son ni calculables ni valuables económicamente. Por otra parte hay que tener en cuenta para quién trabaja un docente; a diferencia del obrero o empleado que trabaja para que una persona comercie con aquello que produce, un docente trabaja para la comunidad (chicos, padres y vecinos) por lo que si un docente realiza un paro, no perjudica a una persona que deja de enriquecerse sino a una comunidad que deja de crecer. Alguien podría decir que es un sacrificio que se justifica porque es la única forma de que los gobernantes escuchen el reclamo. ¿Algún docente consultó a los padres y a los chicos para saber si estaban dispuestos a sacrificarse ellos también? ¿Por qué entonces son los docentes quienes toman esta decisión sin la consulta a quienes deben sacrificarse junto con ellos? Es tiempo de discutir con la comunidad estas decisiones, la escuela y las familias no pueden estar enfrentadas si persiguen los mismos intereses.

lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Es pública la escuela pública?

Así se titula un artículo de Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca. Este es un punto de partida, preguntarse qué es la escuela que tenemos. ¿Es pública simplemente porque es sostenida con fondos públicos o la escuela pública debe obedecer a los intereses y necesidades de los alumnos y padres que la pueblan legítimamente? Si alguien cree, como lo hago yo, que el carácter público de la escuela reside en las necesidades que satisface, entonces no importa la gestión, sin embargo la escuela de administración pública tiene una doble función, ya que no sólo debe brindar un espacio comunitario sino también proveerlo en forma gratuita para todos aquellos que lo deseen. En la práctica la escuela (de administración) pública presenta intereses encontrados, por un lado los padres y alumnos, es decir la comunidad, busca que los colegios brinden una educación de excelencia, den el mejor cuidado posible y sostengan valores éticos y morales. Por otro lado vemos que algunos de los docentes buscan conseguir el mejor salario posible con el menor esfuerzo, atentando de esta manera contra todas las expectativas de la comunidad.Sin duda este tema se presta para una larga disertación, la calidad de la educación no puede ser caracterizada ni mucho menos resuelta en unas pocas líneas. Propongo, igualmente, la lectura del artículo mencionado al comienzo, si bien hace un análisis sobre la realidad española, existen suficientes coincidencias como para que merezca una ojeada. Entonces, ¿es pública la escuela pública?